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VIDEO

Soy un aprendiz de cineasta desde 1980. Animal visual que forjó su ojo y su mirada desde una televisión blanco y negro con un armador de ropa como antena y un playo para cambiar los canales. A pesar de nuestros estudios superiores a nosotros nadie nos enseñó a mirar como nosotros mismos. Cultivamos nuestra cinefilia escarbando en cientos de videoclubs de la ciudad en donde gastamos fortunas por puro placer. La pantalla que destruye nos ha construido, le aprendimos todos los trucos, le sabemos la magia y las mañas, sabemos todo el poder que tiene para comunicar y lo doctrinariamente perversa que puede llegar a ser, por eso la producimos con rebeldía, con desparpajo, con conciencia, con arte, con sentido común, para a pesar de ella contar la belleza del mundo que sí existe.
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